Lo extraño y me siento sola si no está conmigo, porque va prendido en todos mis sentidos, todos los rincones de mi pensamiento. Lo amo con la vida entera, con el alma mía, segundo a segundo, lo amo día a día con cada latido de mi sentimiento. Ojalá su abrazo fuera un cielo eterno, ojalá mi mundo terminara en él. ¡GRACIAS A LA VIDA Y A DIOS QUE LO TENGO Y QUE PUEDO DARLE LO MEJOR DE MÍ!