NO ME ACUERDO MUY BIEN CUÁNTOS BESOS DEJAMOS EN CADA ESQUINA, PERO IMPOSIBLE OLVIDARME DE AQUEL CUARTO DONDE AQUELLA NOCHE SUBIÓ LA ADRENALINA.
Elegimos el colchón mas chico y pareció de dos plazas, cuando el colchón terminó bienvenido fue el piso.
A cada beso caía una estrella, cada arañazo calmaba el dolor...
(Sejuntaronelbienyelmal)